LA REBELIÓN DE LAS ESCOBAS 13 DE SEPTIEMBRE DE
1907
LA HUELGA DE INQUILINOS
LA REBELIÓN DE LAS ESCOBAS
13 DE SEPTIEMBRE DE 1907
Por Elena Luz González Bazán
especial para Villa Crespo Digital
15 de septiembre del 2015 *
Era
el tiempo del modelo agro exportador, basado en la exportación
de materias primas y la importación de manufacturas.
Con gran crecimiento económico porque la Pampa Húmeda
era y es una mina de oro para la producción agrícola
ganadera. Fue el proceso sustancial del ingreso de inversiones
por medio de empréstitos y con capitales ingleses y en
menor medida franceses y de origen europeo que fueron adquiriendo
los bienes esenciales como: comunicaciones, ferrocarriles, frigoríficos,
infraestructura portuaria entre otras.
En ese sentido el país experimentaba
un crecimiento económico extraordinario encausado por
estas premisas esenciales, con una gran clase terrateniente
unida económica y socialmente al capital británico.
Por ello, se puede decir que 1852-1914, otros
plantean la década del 60 y tengamos en cuenta que la
última campaña al desierto fue en 1879. La primera
fue fallida; estamos hablando de la avanzada de Martín
Rodríguez en 1820, la de Juan Manuel de Rosas en 1833,
y que dejó un tendal de más de 10.000 indígenas
muertos y otros 4.000 en cautiverio. Y luego la última
conquista en 1879.
Esta etapa produjo un crecimiento económico
y una modernización que llevó al país dentro
de las principales economías mundiales: el famoso granero
del mundo y la 6° economía mundial. Este crecimiento
se relacionó con el aumento de las exportaciones agropecuarias.
O sea, la demanda de cueros y lanas proporciono la ocupación
de la zona del litoral pampeano. En el caso de las estancias
fueron la unidad productiva dedicada a la actividad ganadera;
los territorios usurpados a las comunidades originarias fueron
destinados a grandes haciendas. Pero la realidad de las clases
laboriosas fue realmente oprobiosa.
Argentina había sido caldera de una
masa inmigratoria esencialmente italiana, española y
de otras nacionalidades europeas, fundamentalmente en las zonas
industriales.
En ese sentido, la masa inmigratoria fue a
parar al hotel de los inmigrantes ubicado en Retiro y de ahí
a los conventillos, a una vivienda librada al mercado especulativo
que transformó todo en una realidad de hacinamiento,
con deficiencias sanitarias y la carestía en condiciones
cotidianos de la vida de las clases laboriosas, en el marco
del aumento exponencial de población y déficit
habitacional.
Los administradores y dueños de las
viejas casonas transformadas en conventillos hacían pingues
ganancias con el alquiler de las habitaciones; donde llegaron
a vivir o convivir dos familias.
Esto desemboca en una crisis por el repentino incremento de
los alquileres que se produjo ese año, en 1907, esto
precipitó un conflicto latente que ilustra además
el desarrollo de la potencialidad organizativa de una clase
obrera en ascenso, representada por dos corrientes esenciales
como anarquistas y socialistas que cubrieron el escenario de
las grandes urbes que iban abriéndose en las madrugadas
con chimeneas y sirenas. Pero no sólo ellos, también
los sindicalistas y los exponentes de aquella Comuna de París
de 1871, los pocos que pudieron arribar a nuestra tierra.
Los inquilinatos se concentraban en los barios
de la Boca, Barracas, Balvanera Sur, Concepción, San
Telmo, Monserrat, San Nicolás y El Socorro, pero también
en Villa Crespo, Chacarita, La Paternal y en toda la zona industrial
de la Ciudad de Buenos Aires, la entonces Capital Federal.
Los inquilinos tenían la imposición
de los reglamentos internos y contratos estrictos que los dejaban
en estado de indefensión y no se correspondían
con la pésima calidad del hábitat ofrecido, no
teniendo, en contrapartida, otra opción de vivienda.
Además, insumía un alto porcentaje de sus ingresos.
Estaban a la deriva porque el Estado, los gobiernos en nada
les preocupaba su situación, por el contrario no se alarmaban
por la situación de los trabajadores y sus familias.
En 1906, la FORA había desplegado una
campaña por la rebaja de alquileres y elección
de delegados. Estos conformarán la “Liga de Lucha
Contra los Altos Alquileres e Impuestos”. A fines de agosto
de 1907, los habitantes del Conventillo “Los Cuatro Diques”
situado en la calle Ituzaingó Nº 279 al 325 se declaran
en huelga y presentan sus reivindicaciones, entre las que se
destacan:
• la rebaja del 30 por ciento de los
alquileres,
• supresión de los tres meses de depósito,
• sustanciales mejoras de condiciones sanitarias y
• flexibilidad en los vencimientos.
El
13 de septiembre de 1907, el Comité Central de la Liga
realiza el llamado a la huelga general de inquilinos, que contó
con alto acatamiento, difundiéndose rápidamente
en Buenos Aires y otras grandes urbes. Entre las decenas de
conventillos que se plegaron estaban: “La Cueva Negra”
ubicado en Bolívar entre Cochabamba y Garay, “Las
Catorce Provincias” en Piedras entre Cochabamba y San
Juan, “Campos Salles” en la ex cale Industria, actual
Aristóbulo del Valle, entre Patricios y Azara, México
1370, Estados Unidos 1452, Chile 864, Uspallata 449, Estados
Unidos 352, fueron miles y miles los inquilinos que se rebelaron.
El 80 por ciento de las casas dejaron de pagar.
Se calculaba en 100.000 el número de huelguistas, otras
fuentes hablan hasta de 300.000 inquilinos rebelados, esencialmente
las mujeres y los chicos que blandieron sus escobas para correr
tanto a la fuerza pública que venía con las cédulas
de desalojo como a administradores y dueños.
La FORA y UGT, las dos centrales de trabajadores en ese momento,
apoyaron la medida.
Fue fundamental el rol de las mujeres en este
conflicto, quienes dieron muestras de decisión y combate
contra los intentos de desalojos de caseros, propietarios, oficiales
de justicia y policía. Respondían resueltamente
a las intimidaciones frecuentemente efectuadas en ausencia de
los maridos porque eran los que estaban fuera trabajando.
También los niños tuvieron su rol “...niños
y niñas de todas las edades recorrían las calles
de La Boca en manifestación, levantando las escobas para
barrer a los caseros. Cuando la manifestación llegaba
a un conventillo, recibía un nuevo contingente...”
expresaba Caras y Caretas Nº 468 del 21 de septiembre.
El
23 de octubre informaba el diario La Prensa: “En las
calles Perú y San Juan, durante un combate parcial entre
un grupo de agentes y uno de obreros, fue muerto de un balazo
en la frente Miguel Pepe, de 18 años, obrero baulero
que vivía con sus padres en la calle Bolívar 1472”.
A
MODO DE REFLEXIÓN
Tres meses de luchas y peleas por las condiciones
de vida digna, una ofensiva que si bien no triunfó en
todas las exigencias, representó una contundente muestra
de desafío organizado ante esa extrema situación
de iniquidad social, que además es expuesta públicamente,
y ya venía siendo denunciada desde hacía muchos
años, incluso en informes oficiales.
Otro
de los aspectos fundamentales fue el trabajo sudor realizado
en los conventillos por las mujeres, largas jornadas, míseros
salarios, utilización de la poca o nula infraestructura
de la pieza, ahorrando gastos y sumando beneficios a los empresarios.
El trabajo sudor fue el laboreo dentro de los conventillos donde
la mano de obra femenina se utilizó para confección,
trabajo de cueros, calzado, manipulación de tabaco, cigarros,
cigarrillos y otros trabajos.
Este inicio de aquella huelga, de esa Rebelión
tuvo la característica de mujeres y niños cansados
de tanto padecer… la cuestión social era inexistente…
los hoy denominados factores de poder les importaba cero la
problemática social, mientras pudieran usufructuar de
beneficios hasta lograr el máximo de rendimiento laboral,
si acaecía la muerte… simplemente se reemplazaba
por otro obrero…
• Primera versión el 8 de septiembre
del 2010. Corregida, actualizada y ampliada.
FUENTE:
Mujer, Sociedad y Política – La Rosa Blindada -
2007
MUJER,
SOCIEDAD Y POLÍTICA
Caracteres:
7936